Tras su llegada a Tehuacan miles de feligreses acudieron a ver la reliquia que consiste en un hueso de uno de sus brazos.
El penal de Tehuacan es el único reclusorio que tuvo la oportunidad de tener está reliquia.
Posteriormente estás reliquias fueron llevadas al municipio de Yehualtepec donde también lo recibieron con altares y alfombras de aserrín.
sin duda la visita de está reliquia no solo representa una conexión tangible con el santo, patrón de las causas imposibles; sino que también es una oportunidad para la comunidad católica de unirse en oración y devoción.