¿Qué hace un niño en una manifestación violenta?

Hoy Atlixco fue escenario de un hecho que debería encender todas las alertas. En medio de una manifestación protagonizada por un grupo de artesanos que, en su trayecto hacia la ciudad, incurrieron en actos de vandalismo, se pudo observar la presencia de niños entre los contingentes. ¿Qué hace un menor de edad en un contexto de confrontación y violencia?

No se trata de juzgar la causa que motiva una protesta, sino de señalar con firmeza el límite que jamás debe cruzarse: exponer la integridad de los niños. Lo ocurrido hoy no solo pone en riesgo su seguridad física al estar en medio de empujones, gritos y posibles enfrentamientos, sino que además se observa una actitud aún más alarmante: la manipulación de menores para participar activamente en actos agresivos, formándolos —desde la infancia— como agentes de violencia.

La niñez no puede ni debe ser utilizada como herramienta política ni escudo humano en conflictos sociales . Llevar a un niño a una manifestación con tintes violentos no es un acto de inclusión o justicia, es una forma de violencia invisible y profundamente irresponsable.

Atlixco y cualquier otra comunidad merecen manifestaciones pacíficas, diálogo genuino y respeto mutuo. Pero sobre todo, los niños merecen crecer lejos del caos y del odio. Hoy, la pregunta no es si los artesanos tienen derecho a ser escuchados —que sí lo tienen—, sino por qué decidieron poner a sus propios hijos en el centro de un conflicto que claramente no les corresponde.

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